VERNE Arquitectura integró lo esencial del deporte profesional en el diseño de las oficinas del equipo ciclista Movistar, situadas en Egüés, España.

El proyecto pretende renovar los espacios de trabajo y reunión del famoso equipo ciclista Movistar, ubicados en el interior de la nave industrial donde actualmente se alojan todos sus vehículos, bicicletas y maquinaria.

Sin duda, el diseño de los nuevos espacios debía representar los valores que habitualmente se asocian al deporte profesional. Pero, junto a los valores intrínsecos del deporte y la idea de trabajo en equipo, que tan bien encarna esta escuadra, era imprescindible simbolizar también otras cuestiones: como la alta tecnología con la que equipan sus bicicletas; el detalle casi artesanal con el que trabajan su maquinaria; o la clara apuesta por la sostenibilidad en toda la actividad reciente del equipo.

Además, y casi por encima de todos los valores anteriores, parecía sustancial representar lo que, a nivel formal o visual, nos sugiere a todos el ciclismo: el dinamismo y las formas curvilíneas de las propias bicicletas, así como las de las sinuosas carreteras que suben los ciclistas en las carreras.

Todo ello condensado en una propuesta espacial que se compone de líneas oblicuas y orgánicas, sinuosas a ser posible. En concreto, unos muros de madera de arce -cuyas esquinas están ejecutadas con piezas cuidadosamente curvadas- configuran el espacio central de trabajo. Tras estos muros, y conectados por puertas de cristal con marcos casi invisibles, se encuentran los despachos de los altos cargos y una gran sala de reuniones. Además, tras una puerta más discreta acabada en arce, se encuentran los aseos y el despacho.

Las orientaciones de los distintos espacios se calibraron cuidadosamente. Así, todo el espacio de trabajo central y los despachos de los puestos altos están orientados hacia las vistas del paisaje; y hacia el norte, cuya luz parece más adecuada para el trabajo. Sin embargo, el vestíbulo, el despacho y la sala de reuniones están orientados hacia el interior de la nave, por la que también reciben luz natural. Así, tanto la sala de reuniones como el vestíbulo cuentan con grandes ventanales que permiten -sobre todo a los visitantes- observar toda la actividad y el movimiento del almacén; donde continuamente entran y salen vehículos del equipo, bicicletas, mecánicos, etc.

En definitiva, el protagonista del proyecto es el espacio central, que resulta ser un espacio tranquilo, gracias en gran medida a la cálida presencia de la madera y a la suavidad de las curvas. Pero también es al mismo tiempo un entorno activo y dinámico, gracias también al efecto de las geometrías orgánicas. Las superficies de madera, además, descienden por la escalera para «buscar» al visitante, que llega a través de un vestíbulo de mármol blanco. Sin embargo, la misión de estas superficies de madera no es sólo dar forma al espacio y configurar el paso por la escalera, sino que también funcionan como lienzo para «colgar» en él bicicletas emblemáticas de la historia del equipo. Allí se exponen, visibles desde muchos puntos, la histórica bicicleta de Miguel Indurain o la de campeón del mundo de Alejandro Valverde.

El resto de materiales complementan el espacio sin robar protagonismo a la madera de arce. Así, aparecen el hormigón visto de la estructura; el suelo continuo de Bolón en color azul-gris; el acero inoxidable en numerosos detalles -como estanterías, fosos, canales, o la puerta de acceso-; y, finalmente, el mármol blanco que recibe al visitante en el vestíbulo y le conduce a la entrada de las oficinas, a través de la escalera.

No menos importante es la integración de todas las instalaciones técnicas, climáticas y tecnológicas en la configuración del espacio. Éstas, bastante complejas, se ocultan mediante ingeniosos mecanismos que hacen invisibles o casi imperceptibles las rejillas u otros elementos. Del mismo modo, la iluminación ha sido diseñada y cuidada con el mismo esmero, pero con la intención casi contraria: una iluminación muy técnica, con gran fuerza estética, queda deliberadamente expuesta, tratando así de simbolizar el aspecto más tecnológico de la actividad del equipo.