Las alfombras vinílicas se están ganando un lugar en el mundo de la decoración de los suelos. No hace mucho que ni siquiera existían, pero tampoco existían los coches eléctricos hace unos años y ya veréis dentro de poco.
Os hemos hablado con extensión de ellas, por ejemplo en este post que contiene lo básico que hay que saber sobre alfombras vinílicas o en este otro por ejemplo. Pero a menudo nos consultáis sobre qué sitios son apropiados para colocar estas alfombras, y vemos que hay quien piensa que son alfombras de alcance limitado en cuanto su uso y los lugares que se pueden utilizar.
Pues nada de eso. Por eso hoy queremos poner el foco en los diferentes lugares de la casa (y de fuera de ella, y de otros lugares que no son la casa) en los que podemos vestir suelos con las alfombras vinílicas, que, como veréis, no son pocos.
Así podremos aprovechar todas las virtudes de las alfombras de vinilo o PVC y adaptarlas a cada lugar en particular.
Decoración de los suelos: haz que parezca fácil
Es que decorar bien se parece a cuando oyes cantar a Frank Sinatra y dices “qué fácil es cantar”. Entonces lo intentas tú y empieza a llover y te das cuenta de que no era tan sencillo.
Pues con la decoración, y más específicamente con la decoración de los suelos pasa lo mismo: el propósito de toda decoración es que quien la vea piense “qué facil es decorar” y para eso tener la alfombra exacta en el lugar oportuno es fundamental.
Porque no se puede usar cualquier alfombra en cualquier sitio, porque por esa misma regla de tres podrías usar papel de lija como esponjilla desmaquillante o aceite Johnson para niños como lubricante del coche. Y no es plan.
Además, las alfombras vinílicas o de polipropileno ofrecen una variedad de texturas y trenzados que van desde las alfombras impresas de superficie lisa, hasta las alfombras trenzadas con hilo fino, indistinguibles de las alfombras orgánicas, pasando por las más clásicas alfombras de fibras de vinilo trezado y termosellado sobre base de goma.
Por eso, y para que sea fácil encontrar la alfombra vinílica adecuada vamos a repasar cinco lugares en los que las alfombras vinílicas están tan a gusto como un hipopótamo revolcándose en el fango o Cristiano Ronaldo en una entrega de trofeos.
1. Alfombras vinílicas para la cocina
Es un clásico. Si hay algún lugar de la casa en el que las alfombras de vinilo reinen de manera indiscutida como un león en la sabana, es la cocina. Y tiene mucho sentido, porque las alfombras vinílicas tienen dos características que las hacen ideales para la cocina.
En primer lugar, su fácil limpieza. Si esta característica es ideal para cualquier lugar, en la cocina, donde nos están cayendo constantemente cosas al cocinar (orgánicas, inorgánicas y de todo tipo imaginable) tener una alfombra que no solo se puede limpiar con aspirador o escoba, sino con la mismísima fregona, es impagable.
No es necesario el uso de productos químicos para su limpieza; es más, es incluso desaconsejable. Para limpiar una alfombra vinílica de cocina de vinilo impreso o termosellado basta con la fregona húmedecida en agua o en algún fregasuelos neutro diluído. En el caso de las alfombras trenzadas se pueden limpiar con paño húmedo frotando la superficie afectada si es necesario.
Cualquier alfombra vinílica sirve para la cocina, pero especialmente diseñadas para ella están las alfombras vinílicas impresas, que a sus diseños tipo hidráulico, tropical, o de cualquier otro tipo añaden una superficie completamente lisa y una finura extraordinaria de solo 1 mm, lo que las hace pegarse al suelo como lapas y evitar tropezones y resbalones.
2. Alfombras vinílicas para los pasillos
Los pasillos, esas zonas muchas veces olvidadas de nuestros hogares, son uno de los hábitats naturales de las alfombras vinílicas. Y tienen una buena razón para ello, ya que otra de sus virtudes es la resistencia, duración y el estar preparadas para el uso intensivo y el alto paso de gente.
Por eso tener alfombras poco duraderas particularmente en el pasillo es una decisión peor que el día que le dejaste al niño jugar con la lijadora.
Un pasillo necesita alfombras resistentes y de larga duración, de modo que si tienes alfombras que te duran menos que un kilómetro de autopista, el pasillo no es el sitio adecuado para ellas.
Es que tener alfombras poco duraderas es como tener un problema para cada solución, mientras que las alfombras vinílicas te aportan una solución para cada problema.
Por eso para el pasillo las alfombras vinílicas son extraordinarias, porque además podrás configurarlas a la medida exacta que necesites (no hay dos pasillos iguales en longitud y anchura, por eso es particularmente difícil encontrar la medida exacta en alfombras pasilleras). Eligiéndola a la medida exacta y combinando un color para la cenefa y otro para el cuerpo podrás tener una preciosa alfombra pasillera.
3. Alfombras vinílicas para la terraza y el jardín
Hay que aclarar que para poder colocar tu alfombra vinílica en exteriores (terraza, jardín o piscina) es requisito imprescindible tener terraza, jardín o piscina. Aclarado esto, las alfombras vinílicas compiten con ventaja en este terreno, ya que no hay alfombras tan indicadas para el exterior y la intemperie como las alfombras de vinilo.
Como el material del que están hechas es impermeable, el agua y los líquidos le resbalan (íbamos a decir que se la sud** pero creemos que ya lo habéis pillado).
Es decir, que los líquidos no penetran en el tejido, y por tanto la limpieza se reduce a quitar la suciedad de encima de la alfombra, no de dentro de la alfombra. Por eso no se pudren, y se limpian con paño húmedo, fregona con jabón neutro, como dijimos antes, y si hace falta se les aplica la manguera.
4. Alfombras de vinilo para el despacho, la oficina y el local comercial
Aquí es donde las alfombras vinílicas se salen de nuevo y son lo más adecuado para este tipo de lugares. En primer lugar, por su alta resistencia a la pisada y al uso intensivo.
Pero en segundo lugar porque su aspecto de alfombra seria pero no aburrida, austera pero no rácana, intemporal pero a la vez moderna, la hacen perfecta para transmitir una imagen dinámica y actual en lugares en los que no podríamos pensar en colocar una alfombra de pelo, ni por asomo.
Por eso en despachos, oficinas, locales comerciales, centros de estética y diferentes negocios de ocio y servicios las alfombras de vinilo son perfectas. Otra ventaja es que muchas alfombras de vinilo se pueden cortar a la medida, y en muchas ocasiones este tipo de espacios no encuentran la medida adecuada a sus necesidades específicas.
5. Alfombras vinílicas para los salones y habitaciones
Hemos dejado lo obvio para el final: que las alfombras de vinilo y polipropileno son, por encima de todo y antes que nada, alfombras indicadas para los salones y habitaciones de nuestras casas.
Hoy en día la variedad de alfombras sintéticas, vinílicas y de polipropileno es enorme, de modo que ya pasaron los tiempos en los que había unos pocos modelos metálicos y fríos, que parecían más bien destinados a vestir los suelos de la casa de Darth Vader.
Hoy en día hay texturas acogedoras, cálidas, con trenzados diversos y colores que van desde los “serios” neutros y grises hasta los colores fuertes y vivos, pasando por colores cálidos y acogedores como ocres, beiges y arenas, para vestir nuestros suelos de manera hogareña pero sin tener que renunciar a alfombras súper fáciles de limpiar y mantener.
Puedes probar con tonos tranquilos para salones, con colores blancos, grises y negros para decoraciones minimalistas, y probar con colores fuertes y combinaciones atrevidas para habitaciones infantiles y juveniles. Sabiendo que van a durar, que aguantarán por ejemplo el trote de sillas con ruedas y lo que les eches.
Además, con las alfombras de vinilo a medida también podrás si lo deseas “enmoquetar”, para que nos entiendas, una habitación completa: basta con pedir el material con la extensión suficiente para cubrir la superficie de suelo deseada y ajustarla al zócalo cortando al milímetro el sobrante con un cúter.
En resumen: hoy en día no tienes excusa para no aprovechar las posibilidades de las alfombras vinílicas en cualquier lugar de la casa. Ahora se trata de elegir correctamente y combinar las distintas piezas en función de los gustos y necesidades.